Entrevista > Roque Albert / Director del Museo y Escuela del Cáñamo en Callosa de Segura (Callosa de Segura, 16-abril-1955)
Callosa fue, en su tiempo, cuna del cáñamo. Su industria producía material a otros sectores productivos como el calzado o el textil y los agricultores lo tenían como principal cultivo en parte de la Vega Baja, convirtiéndose en la primera productora cañamera a nivel nacional.
A partir de los 70, el plástico fue cobrando protagonismo desplazando al cáñamo y poco a poco fue desapareciendo. Con él, también lo hizo la industria que lo procesaba para sus diferentes usos.
Plantación sostenible
Paradójicamente ahora nos revelamos contra el plástico buscando alternativas. Desde la única escuela del cáñamo que queda en la actualidad, que se encuentra en Callosa de Segura, reclaman volver a prestar atención a este material.
Según el director de esta escuela y del Museo del Cáñamo, Roque Albert, su plantación es de las denominadas sostenibles y podría hacer regresar una industria y un empleo que está, hoy por hoy, en desuso.
«Era tan rentable plantar cáñamo, que prácticamente se convirtió en un monocultivo en la Vega Baja»
¿Qué supuso el cultivo del cáñamo en la Vega Baja?
Era tan rentable plantar cáñamo en aquella época, que prácticamente se convirtió en un monocultivo en la Vega baja. Además, al contrario que el cultivo de verduras, el cáñamo aguantaba mucho sin estropearse y se podía almacenar.
«Durante la época dorada del calzado en Elche y Elda no dábamos abasto para producir cáñamo»
Venían empresas catalanas importantes para llevárselo y convertirlo en fibra. Entonces era la época dorada del calzado en Elche y Elda y no dábamos abasto para producirles cáñamo para zapatos.
¿Qué otros usos se le puede dar?
El cáñamo, como ya hemos comentado, se utiliza para el aprovechamiento de sus partes fibrosas, flores y semillas, con la intención de elaborar múltiples productos.
Alimentos y materiales como diferentes tipos de ropa y textiles, calzado, material para la construcción, productos de cosmética, nutrición animal y humana, productos medicinales, material industrial incluido en diferentes componentes de vehículos, maquinaria… Y algo tan importante en la actualidad como los bioplásticos, una alternativa a algo tan dañino para el planeta como el plástico.
¿En qué situación legal se encuentra esta planta en España y qué tiene que ver con la marihuana?
La Unión Europea (UE) es la encargada de regular y permitir el cultivo de cáñamo industrial en su territorio, siempre y cuando el producto final cosechado no supere unos límites de THC impuestos por la misma UE.
En España se permite el cultivo, el transporte, la manipulación y la elaboración de productos derivados del cáñamo. Esto, sin embargo, no quiere decir que si cultivamos semillas de cáñamo industrial de forma legal no vayamos a tener ningún problema con las autoridades.
¿Cuál es el límite de THC permitido?
El límite marcado es claro: 0,2 THC es el máximo permitido en el análisis de las inflorescencias. Cualquier cultivo que produzca niveles superiores a los estipulados, está fuera de la legalidad y, por lo tanto, puede acarrear consecuencias legales para el cultivador.
¿Existen diferencias con la planta de cannabis?
En este caso, cuando se cultiva cáñamo industrial, no suelen hacerse distinciones entre planta macho o planta hembra, ya que se aprovechan los dos para la obtención de los mismos materiales, excepto para la producción de semilla.
El cultivo de marihuana está destinado a la producción de flores con carácter medicinal o recreativo. No se aprovecha el resto de componentes para la elaboración de otros productos ya que no destaca por ser una gran productora de fibra.
¿Cómo trabajan desde la Escuela del Cáñamo?
En Callosa, nuestra escuela planta cáñamo con semillas certificadas en una pequeña extensión de terreno y en cada plantación damos parte a la Guardia Civil, que una vez examinadas las plantas nos autorizan a su cultivo.
«La tierra donde se planta cáñamo se regenera y se surte de nutrientes»
¿Es un cultivo considerado sostenible?
Resulta evidente que necesitamos cultivos locales mejor adaptados a las condiciones medioambientales, que sean más resistentes, que requieran un mantenimiento bajo y cuyos costes sean mínimos.
Necesitamos materias primas sostenibles, alternativas al petróleo y a la madera, y el cáñamo se adapta a todas esas necesidades. Nuestro cáñamo lo plantamos del modo tradicional, sin maquinaria. La tierra donde se planta cáñamo se regenera y se surte de nutrientes, tanto para la tierra como para futuras plantaciones.
¿Cómo tratan de dar a conocer la cultura del cáñamo?
En julio, y con motivo de la recogida de la cosecha, organizamos una fiesta para que todo el que quiera pueda acercarse a ver como se realizan estas labores agrícolas. Además, hacemos demostraciones en diferentes localidades. Debemos despertar el interés por el trabajo del cáñamo.
También queremos poner en marcha la ‘Ruta del Cáñamo’, para recorrer los principales escenarios donde antaño se trabajaba. La Escuela del Cáñamo, el Museo, la balsa, el obrador y la fábrica de hilado, y que se declare todo el conjunto como Bien de Interés Cultural (BIC).
¿Qué apoyo tienen del Ayuntamiento?
Apoyo tenemos, pero nos gustaría hacer varias peticiones y obtener mayor interés por su parte en algunos aspectos. Por un lado, que se rehabilite y acondicione toda la zona que he comentado como Ruta del Cáñamo. También, que promuevan la Escuela hacia un sector más joven, con expectativas de trabajo, porque en la actualidad solo contamos con gente muy mayor y hace falta un relevo generacional.
Que reclamen la declaración de Bien de Interés Cultural y, sobre todo, que se promueva de nuevo el cultivo y la industria del cáñamo y se establezca la mesa de negociación del cáñamo.